TEPCO es el fin de la economía de mercado

Alexander Dill, 28.03.2011 de marzo de XNUMX en Telépolis

En la mayoría de sectores económicos existen riesgos incalculables para la comunidad, cuyas consecuencias las empresas no pueden ni quieren soportar económicamente

Hasta el fin de la RDA en 1990, parecía que una economía planificada socialista era la mayor amenaza para la economía de mercado. La mayoría de los economistas todavía creen esto hoy. Pero ahora hay una noticia: a diferencia de Google, una empresa hasta ahora prácticamente desconocida llamada Tepco está logrando atacar a toda la economía de mercado en todo el mundo de tal manera que podría caer como lo hizo la Unión Soviética en 1985.

La Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (1) publicó su informe Visión 2010 (2) ( Documento (PDF) (3)). Un manifiesto de sostenibilidad, ahorro de CO² y responsabilidad social. Con éxito: el 29 de septiembre de 2010, Tepco consiguió reunir nuevo capital por valor de 3,2 millones de dólares. Objeto según folleto bursátil: "Construcción de centrales nucleares libres de emisiones".

El 13 de septiembre de 2010, el índice de sostenibilidad Dow Jones incluyó por primera vez a varios proveedores nucleares. En ese momento, Tepco hacía tiempo que había ocupado su lugar en el índice FTSE4Good (4) encontrado – gracias a una responsabilidad social ejemplar. La acción de Tepco (WKN 854307) ha caído de 18 euros a 7 euros desde el mayor daño económico en la historia de la energía nuclear, que antes se trivializaba como un "accidente".

Mientras que las estimaciones oficiales del gobierno japonés cifran los daños totales del terremoto y el tsunami entre 200 y 300 mil millones de dólares, los daños causados por Tepco podrían ser muchas veces mayores: si la segunda nación industrial más grande del mundo ya no exporta automóviles, sus precios inmobiliarios Se derrumban y las empresas y los Estados extranjeros pierden los suyos. Si los representantes evacuan y los cargueros ya no hacen escala en el puerto de Tokio, entonces se puede llegar rápidamente a un billón, pero luego a 2, 3 o 4 billones de dólares.

Tepco, que ya registró pérdidas en 2007 y 2008, no podrá pagar ni una fracción de los daños. Esto deja clara una verdad que resulta insoportable para muchos: el mercado, los mercados y sus "participantes en el mercado" no son ni remotamente capaces de abordar un tema tan complejo como la "energía" utilizando el paradigma de las perspectivas de beneficios.

Tepco operaba reactores completamente obsoletos, nunca controlados como Madoff operaba su fondo: con la esperanza de que nadie se diera cuenta. El nuevo presidente de la Comisión de Ética del Gobierno Federal, Klaus Töpfer, se atreve a hacer la siguiente declaración incluso antes de que comience el trabajo de la comisión:

Deberíamos salir de una tecnología en la que los acontecimientos que no se pueden controlar no se pueden descartar lo más rápidamente posible. Cualquier otra acción no sería responsable.
klaus toepfer

Esto significa que la energía ya no puede dejarse en manos de un “mercado energético” ficticio. Pero ¿cómo funcionan entonces las materias primas, los alimentos, el agua, las monedas, el crédito, el transporte, los medicamentos, los productos químicos y las telecomunicaciones? En la mayoría de los sectores económicos existen riesgos incalculables para la comunidad, cuyas consecuencias las empresas no pueden ni quieren soportar económicamente. Los costes de oportunidad pueden incluso superar las ventas de la empresa, por ejemplo en el desastroso sistema de transporte público local.

Echemos un vistazo a las 30 empresas del DAX: ¿Cuántas de ellas operan en un territorio que puede, puede y debe confiarse a intereses privados sin riesgo para el público en general? Aparte de las zapatillas de deporte y la moda deportiva (adidas) y el software empresarial (SAP), si miramos más de cerca, no hay ninguna empresa de DAX de la que se pueda suponer que participará en la competición sin excluir daños importantes a la comunidad.

Esta es una mala noticia para los inversores, en su mayoría extranjeros, que anteriormente vivían en la creencia religiosa de que sus ganancias estaban permanentemente garantizadas por "condiciones favorables", como impuestos bajos, falta de competencia, salarios bajos y falta de supervisión.

Tepco ha arruinado la fe en la economía de mercado más y más rápido que miles de críticos de la globalización y activistas ambientales. Si en el futuro ha de haber algo parecido a una economía de mercado, tendrá que limitarse a aquellas áreas de la vida en las que los participantes del mercado no pueden arruinar estados enteros. Esto hará que el mercado vuelva al mercado. Esto no debería ser un problema en la Alemania federal.

Alejandro Dill

Dr. Después de 20 años en el negocio, Alexander Dill ha regresado a su profesión de investigador social. Desde febrero de 2010 es miembro de la junta directiva del Instituto de Economía y Comunes de Basilea, fundado después de la crisis financiera. (5).

Enlaces

URL del artículo de Telépolis: http://www.heise.de/tp/r4/artikel/34/34443/1.html

Continuar a: Artículo de periódico 2011

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